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Un efecto colateral de la falta de tono en la vagina y el paso de los años es la pérdida de orina por esfuerzo: es decir, cuando estornudas, te ríes o haces ejercicio.
La incidencia de las disfunciones del suelo pélvico ha sido objeto de múltiples estudios en nuestro país arrojando cifras muy variadas, pero en general se admite que las pérdidas de orina por esfuerzo afectan predominantemente a mujeres entre los 20 y los 50 años de edad. Hay publicaciones que afirman que en España la incontinencia de orina afecta a una de cada cuatro mujeres, 2.000.000 de personas.
Como medida de prevención durante el embarazo, los ginecólogos recomiendan practicar los ejercicios de Kegel y son muy eficaces pero…, por desgracia, no son suficientes.
Al mismo tiempo, las intervenciones estéticas de los genitales femeninos son tratamientos que cuentan con una alta demanda, que además va en aumento (aumentó un 49% entre 2013 y 2014).
Pero es que, además, cuando las pacientes solicitan este tipo de correcciones, surge por parte de nuestro equipo la necesidad de comprobar si el defecto que en principio apunta a ser meramente estético va asociado a algún problema funcional, y o psicológico ya que estos son problemas que la mujer no comenta produciéndole afectación en su autoestima, sexualidad y por ende en su calidad de vida que habrá que intentar corregir en el mismo acto.
Para el tratamiento de la incontinencia urinaria leve o moderada (incluyendo las pérdidas de orina por esfuerzo) el láser permite recuperar el tono del tejido conjuntivo de la uretra permitiendo mejorar su función entre un 60% y 70% de los casos, algo que sin duda es bastante alentador ya que gran parte de las pacientes se van a beneficiar de este tratamiento no quirúrgico.
El láser ginecológico, un método seguro, innovador y de alta tecnología que descarta cualquier intervención quirúrgica, baja laboral u hospitalización y que se utiliza en las siguientes alteraciones funcionales, anatómicas y estéticas de los genitales femeninos:
